Es hora de dar vuelta
la historia

Nací en un pueblo del interior. Mi mamá no pudo terminar la escuela porque tuvo que trabajar desde muy chica y mi papá fue docente y comerciante. A los 18 años vinimos con mi hermano a estudiar a Buenos Aires, donde me recibí en la Facultad de Derecho. Los ´90 fueron años muy duros y junto con otros profesionales armamos una red de abogados para liberar a los que caían presos en las movilizaciones. En el 2001, acompañé el proceso de las fábricas recuperadas, donde los trabajadores y trabajadoras de empresas como Brukman y Zanon me dejaron enseñanzas invaluables. En los juicios por causa de lesa humanidad, me tocó ser la abogada de Julio López, un hecho que me cambió la vida. Me prometí que iba a dedicar mi vida a la lucha contra la impunidad. Soy parte además de la agrupación Pan y Rosas y del enorme movimiento de mujeres que se desarrolló con fuerza en Argentina y en el mundo y que en 2020 consiguió que el Congreso apruebe la ley de aborto y que continúa organizada contra los femicidios y defendiendo los derechos de las mujeres.
En 2015, fui diputada nacional y, desde 2017, soy legisladora de la Ciudad de Buenos Aires por el Frente de Izquierda. Desde cada puesto legislativo, junto mis compañeras y compañeros, cumplimos con todo lo que propusimos en la campaña: cobrar como docentes y poner nuestras bancas al servicio de la causa de las y los trabajadores, en las calles y con nuestros proyectos. Nuestro camino es pelear por un mundo completamente diferente, donde no haya explotación ni opresión.